Este post lo quiero dedicar a las recomendaciones que yo daría a aquellos opositores que no superan un examen, concretamente el último examen de la oposición (por la proximidad de los últimos acontecimientos).
En el momento en el que conoces la noticia, tu mundo se derrumba y no hay consuelo. Tanto esfuerzo, tanta dedicación, tanto sacrificio, tanta soledad…. Nadie, repito, nadie que no haya pasado por ahí creo yo que pueda ser capaz de entender lo que se sufre.
Sin embargo, si se decide continuar, hay que retomar, poco a poco, las riendas del asunto. Es necesario levantarse del suelo y seguir caminando.
Lo primero que yo recomendaría sería ordenar nuestra cabeza: lo pasado pasado está y de nada sirve martirizarse pensando en lo que pudo ser y no ha sido. Creo que es más eficaz aprender de la experiencia en vez de machacarse con los errores cometidos. No podemos volver al pasado ni cambiarlo, solo tenemos el presente, así que, por cuestión de eficacia en el tiempo y de aprovechamiento de energía, hagamos el esfuerzo de centrarnos en el ahora y nuestro nuevo horizonte.
Si algo me enseñó suspender el último examen de la oposición el año anterior a aprobarla, fue que tenía que cambiar mi lenguaje interno; había que empezar a cuidarse, tener paciencia, dormir y comer bien; hacer deporte y no fustigarse si un día no se cumplían categóricamente los objetivos propuestos. Yo empecé retomando los temas poco a poco, olvidándome de los atracones de los últimos meses y de la angustia que pasé los días previos a los exámenes. Por ejemplo, las dos primeras semanas de retomar los apuntes, empecé estudiando dos horas menos al día de lo que hacía normalmente. Cuando me venían a la mente pensamientos de castigo, intentaba reconducirlos hacia mi nuevo horizonte que era mi semana de estudio, mis temas diarios y semanales, y mi día de descanso.
El secreto este año es mantenerse en la cabecera del pelotón y no bajar el nivel, porque el esfuerzo intelectual ya lo hicisteis memorizando y entendiendo temas en los años y meses anteriores. Eso sí, no está permitido bajar la guardia bajo ningún concepto.
Os propongo cambiar la mentalidad y, en vez de machacaros con el suspenso, dadle la vuelta a la tortilla. Hay que hacer ese pequeño esfuerzo mental. Creo que debéis ser conscientes de la valía que tenéis. ¿Sabéis por qué? Porque habéis llegado muy lejos y no hay nada perdido; habéis aprobado varios exámenes para llegar hasta donde habéis llegado así que el aprendizaje está ahí. En el caso de los Subinspectores de Seguridad y Salud, son 66 los opositores que han alcanzado el último examen. En vez de fustigaros y sufrir por el suspenso, ¿Por qué no pensáis que estáis dentro de los 66 mejores opositores de toda España, ¿os habíais planteado esto? No hay tanta diferencia entre los que han aprobado y los que habéis suspendido porque el nivel es alto. No es el mismo perfil el del opositor del primer examen, que muchos de ellos van “a probar”, a sabiendas de que tienen muy pocas posibilidades de superarlo, y el del opositor del último examen, del que ya se da por hecho que tiene todos los conocimientos teóricos y lo que se pretende es ponerlos en práctica.
Así que os invito a que reflexionéis sobre esto, sobre todo el trabajo que lleváis a vuestras espaldas y el camino que ya tenéis andado; que os valoréis, os cuidéis y que toméis la decisión que consideréis oportuna, pero si es la de seguir adelante, os animo a que cojáis las riendas de asunto y la determinación de seguir luchando para conseguir vuestro sueño.
Un fuerte abrazo a todos y mucho ánimo.